Hace unos días grabamos un vídeo para Superdivertilandia en el que Andrea, Irene y yo teníamos que enfrentarnos al reto de resolver un escape room. Por si no lo sabéis, un escape room es un juego en el que mediante pistas ocultas debes cumplir ciertos objetivos, desentramar una historia o misterio y/o conseguir escapar de la habitación. Este reto fue diseñado por mi marido y de entrada nosotras no teníamos idea de nada. ¿Quieres saber como nos fue en esta aventura?
Escape Room Casero
Esta ha sido una experiencia muy divertida, aunque corta, pero muy intensa, que nada más terminar mis hijas estaban deseando repetir.
Cosas que debes tener en cuenta
Te voy a dar algunos consejos por si te estás planteando hacer un escape room para niños en casa. También te dejaré enlaces a los objetos que fuimos usando por si te resultaran interesantes.
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de diseñar un escape room es que se tiene que cumplir una secuencia de acontecimientos. Que cada paso debe llevar al siguiente y que debe ser imposible enfrentarse a un reto sin haber superado el anterior. Si pasa esto, hemos roto la secuencia de la historia y va a quedar incompleta. Esta secuencia de acontecimientos hace que los jugadores sientan que van avanzando, lo cual resulta muy satisfactorio para los niños.
Otro factor importante es medir la dificultad. Debe tener su complicación para que los niños sientan que de verdad están superando un reto, pero al mismo tiempo debe ser dinámico, factible y acorde a la edad de los participantes. Si resulta lento o demasiado difícil, se volverá pesado y aburrido.
Otro factor que puedes tener en cuenta, pero que nosotros no usamos, es incluir una cuenta atrás de tiempo. Aunque es algo más complejo de calcular, puede incrementar la dificultad y estresar un poco. De entrada, para tu primer escape room diy no te lo recomiendo.
Nuestra experiencia
Te cuento nuestra aventura para que puedas aprender de la experiencia y te dejo enlaces a los productos que fuimos usando por si te resultaran interesantes.
Iniciamos el juego en una habitación virtual dentro de Divertilandia delimitada con líneas en el suelo. El objetivo único era salir de la habitación por la puerta, que estaba bloqueada con un candado de contraseña numérica. Andrea y yo empezábamos esposadas a través del respaldo de una silla que tendríamos que llevar a cuesta al principio de la partida. En la habitación había un estante con cajones lleno de bolas de colores, una mesa con dos tablillas y otro estante con 2 cajas cerradas con candado, otra precintada y con un agujero por el que no se veía bien el interior y otra caja más que se podía abrir sin problemas. En la pared había una caja de seguridad, también con contraseña.
Tengo que decir que echamos en falta una pista inicial. El no tenerla, hizo que Andrea y yo nos pusiéramos nerviosas al vernos esposadas y empezamos a lo loco removiendo cosas en busca de las llaves de las esposas. Para evitar esto, te aconsejo incluir al inicio del juego una pista que oriente un poco al jugador o jugadores de por donde se debe empezar.
En la caja que sí se podía abrir había una cápsula de sorpresa de huevo kinder. Tenía guardadas muchas de todos los que hemos ido abriendo con la idea de usarlos algún día en algún juego o manualidades. Para este escape room vinieron genial.
Dentro del huevo sorpresa había una nota que decía sigue buscando. Andrea y yo nos quedamos igual, pero Irene se había dado cuenta antes de que entre las bolas de los cajones había algunos huevos sorpresa. Enseguida entendió que debíamos buscar dentro de esos huevos.
Tras mucho buscar encontramos uno con una contraseña de 4 números, que seguramente no eran para el candado. Probamos en la caja de seguridad y… Bingo! En su interior había una llave, que a nuestro pesar, no era de las esposas, sino del candado de una de las cajas.
Al abrir la caja nos encontramos nuestro libro (un poco de promo nunca viene mal), la tablet de Andrea, las llaves de las esposas y una cámara endoscopio que ya habíamos probado en casa. ¡Por fin libres! Tras quitarnos las esposas, no lo dudamos. La tablet era para visualizar la cámara y esta era para la caja precintada que tenía un agujero. Introdujimos el endoscopio en la caja y en uno de los laterales pudimos ver escrito Smile. Sin duda hacía referencia al letrero que siempre está en nuestra pared. Lo descolgamos y tras él, encontramos otra llave.
Esa llave solo podía ser para la única caja que quedaba con candado. La abrimos y en su interior había un puzle de Toy Story 4 y una linterna con luz ultravioleta.
Usando la luz vimos que algunas fichas tenían números. Estaba claro que para saber la secuencia de números deberíamos montar el puzle. Es entonces cuando nos fuimos a la mesa para empezar a construirlo y movimos las dos tablas que estuvieron allí desde el principio. Entre ellas había una nota que decía ¿como le darías la vuelta a un puzle sin desmontarlo?. Era una pista que desde el primer momento nos anticipaba un problema que tendríamos posteriormente. Entendimos que debíamos montar el puzle sobre una tabla y tras taparlo con la otra podríamos voltearlo.
Así lo hicimos, iluminamos el reverso del puzle, desciframos la secuencia de números que fuimos introduciendo en el candado y … reto conseguido! Escapamos!!
Conclusión
Fue una actividad muy divertida, totalmente recomendable. Aunque en el vídeo no salga, nada más completar la misión Andrea e Irene dijeron que querían repetirla. No tiene sentido, ya no tiene la misma emoción, pero se lo habían pasado tan bien que ni lo pensaron.
Si eres una persona creativa y quieres experimentar nuevas formas de pasar el tiempo y divertirte en familia, te recomiendo crear tu propio Escape Room DIY.